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Cinque Terre en un día

Nuestro tercer día de crucero visitamos la bellísima zona de Cinque Terre, ubicada en la Liguria italiana y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. 

La componen los pueblos de Monterrosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore

En esta parada del crucero había varias alternativas interesantes: visitar Florencia (ya había estado y quedaba lejos), visitar Pisa (no tenía especial interés) y hacer un recorrido por Cinque Terre (definitívamente esta era la mejor opción). 
Una de las dudas que me asaltaron durante la preparación del viaje fue si hacer la visita guiada, bien con la naviera o bien con alguna empresa privada, o hacerlo por nuestra cuenta.  Investigué por internet (os aconsejo visitar la web de Infocruceros ) y comprobé que muchos viajeros lo hacían por libre y quedaban muy satisfechos. Así que eso hicimos. Planeamos hacer la ida en barco y la vuelta en tren. Como no nos iba a dar tiempo a verlos todos seleccionamos solo tres pueblos para visitar y los otros para la próxima vez que volvamos. Nos decidimos por Vernazza, Corniglia y Riomaggiore


Sobre las 7:00 de la mañana atracamos en el puerto de la Spezia. Desde allí cogimos una lanzadera hasta la zona del puerto. En un punto de información turística, de la terminal,  compramos dos tickets (solo de ida) para Monterrosso (el último pueblo). El barco para en todos los pueblos, incluido Portovenere.
Cada billete nos costó 18 euros. (No se podía pagar con tarjeta).

Con un alguna carrerita que otra conseguimos los 550m del paseo Constantino Morin hasta llegar al muelle de donde salía nuestro barquito del Consorzio Maritimo Turistico 5 Terre. Si queréis más información sobre precios y horarios de esta compañía pinchad aquí  . Yo os aconsejo que compréis los tickets  en la terminal de cruceros, ya que en la taquilla del puerto hay mucha cola. El barquito tiene dos plantas. Si podéis sentaos en la parte de la derecha para tener mejores vistas. Y no olvidéis la crema solar ya que está descubierto y da mucho el sol. 

A las 9:15 empezamos nuestro trayecto por el golfo de los Poetas, llamado así por la cantidad de escritores como, Dante Alighieri, Byron, Mary Shelley o George Sand que vivieron en esta zona. 
El primer pueblo que vimos y paramos fue Portovenere. Aquí bajo casi todo el mundo. Hay que tener en cuenta que a este pueblo solo se puede acceder por mar o por carretera. No hay opción de ir en tren (lo digo para que lo tengáis en cuenta a la hora de hacer vuestra planificación). Fue una pena no poder visitarlo porque es un pueblo precioso. Para los que lo visitéis os recomiendo ver: el promontorio delle Boche con la iglesia de San Pedro en lo alto, los molinos, el castillo Doria y la gruta Arpaia (donde lord Byron buscaba su inspiración) y la iglesia de San Lorenzo.  

Proseguimos nuestro viaje hasta Riomaggiore, donde el barco hizo otra parada. Este es uno de los pueblos que íbamos a visitar, pero más tarde. Sería cuando cogiéramos el tren de vuelta a la Spezia. La imagen que teníamos de él desde el mar era espectacular.
Otra cosa a tener en cuenta es el tiempo que se invierte en hacer el trayecto en barco. A pesar de que es mucho más bonito que hacerlo en tren es bastante más lento. En total invertimos una hora en llegar al destino. 

Pasado Riomaggiore llegamos a Manarola, que también visitaríamos a la vuelta. 

Después pasamos por Corniglia. Aquí el barco no para ya que este pueblo es el único que no tiene puerto, debido a la altura en el que se encuentra. A diferencia de Puertovenere, a este lugar solo se accede por carretera (muy complicado) o tren. Para los que visitéis este pueblo es conveniente saber que la estación se encuentra en la parte baja del pueblo y para acceder a éste hay que subir por una escalera, conocida como la Lardarina,
con casi 400 escalones. Aún así el pueblo merece la pena visitarlo y para los que tengáis la posibilidad de ir no dejéis de ver la preciosa iglesia gótica de San Pedro. Toda una joyita. También podréis ver las increíbles vistas de los numerosos viñedos que hay por la zona.

Por último llegamos a Vernazza. El barco proseguiría hasta Monterosso pero nosotros no lo íbamos a visitar, así que nos bajamos del barquito. Decidimos no ir hasta el final ya que leímos que este era el pueblo menos interesante, a excepción de sus playas. Pero bueno, todo es subjetivo, quizá lo visitemos en otra ocasión y nos resulte un pueblo precioso. 

Nada más bajar percibimos la cantidad de visitantes que había. Andar por la via Roma, la calle principal, se hacía un poco complicado, pero en seguida nos metimos por una callecita estrecha y estuvimos callejeando todas las zonas menos turísticas pero igualmente encantadoras, y sin a penas gente. Es increíble lo angostas que llegaban a ser las calles. Vernazza es un pequeño pueblo de pescadores con la antiguas casas de colores que tanto caracterizan a esta zona. 

 


 


 

Merece la pena dedicarle un tiempo y descubrir la verdadera esencia de este pueblo recorriendo estas callecitas y viendo las arquitectura de las casas, los colores, sus ventanas, la ropa tendida... Después, fuimos a ver la iglesia de Santa Margherita de Antiochia, un pequeño templo construido encima de una roca, junto al mar. Del exterior destaca el bonito campanario de 40m de altura. El interior es bastante sencillo, pero no está demás hacer una visita rápida.
Después nos fuimos a tomar un refresco a uno de los bares de la plaza. A pesar de ser un sitio tan turístico no pagamos demasiado por las consumiciones. Al salir nos fuimos a darnos un chapuzón a una zona de rocas que hay pasada la iglesia. El agua estaba bastante limpia y pudimos bucear un poco y ver los pececillos del lugar. 


Dejamos Vernazza rumbo a Manarola, por lo que nos fuimos a la estación de tren que está ubicada en la parte alta, al final del pueblo (no tiene pérdida). Allí compramos los billetes en una máquina expendedora (4 euros por trayecto). Importante: para los que os vayáis a mover en tren o vayáis a ver más pueblos os saldrá más económico comprar la Cinque Terre Card. Otro detalle a tener en cuenta es cómo se valida el billete. Parece una tontería pero tiene su truco. Tenéis que ponerlo en el lado izquierdo de la ranura, si no, no funciona. Podéis consultar el horario de los trenes en la página de Tren Italia o en esta de información de Cinque Terre . Si vais en verano, id con un poco de tiempo porque se forman colas para comprar los billetes, no obstante, los trenes pasan con mucha frecuencia y no suele haber problemas para poder subir.


Al salir de la estación de Manarola atravesamos un túnel, de unos 200m, que comunica dicha estación con el centro del pueblo. Al llegar teníamos dos opciones, o subir por la calle Antonio Discovolo o bajar por Renato Birolli, decidimos bajar para ver mejor las vistas. Caminar por esta calle fue, en algún momento, algo difícil debido a la cantidad de gente que había. 

 

En Manarola ocurre lo mismo que en el resto de pueblecitos de esta tierra, lo mejor para conocerlos es perderse por sus callejuelas de colores.

Estuvimos viendo varios sitios para comer algo y al final nos decidimos por la focacceria  La Gambusa , un pequeño establecimiento de pizzas y focaccias para llevar. Había bastante gente haciendo cola pero iba bastante rápida. Pedimos tres focaccias: de jamón, de atún y de pesto. Deliciosas, pero la de pesto estaba espectacular. Para los que vayáis veréis que no hay sitio para sentarse (solo hay dos mesas fuera y siempre están llenas) pero si subís un poco calle arriba encontraréis unas tranquilas escaleritas a mano izquierda con una sombrita estupenda. 
 

Después de comer nos fuimos al mirador de Manarola, donde disfrutamos de las vistas más bonitas de toda Cinque Terre. Eran de postal ( o de fondo de pantalla de Windows). Llegamos hasta el pequeño cabo y luego volvimos. Tanto en esta zona como en el puerto había mucha gente bañándose por lo que ya sabéis, si el calor aprieta, os podéis dar un buen chapuzón. 




Nos faltaba un pueblo por ver Riomaggiore, así que nos pusimos en marcha. Como ya eran las 14:00, más o menos, no encontramos mucha gente en la estación de tren. Poca sombra, pero muy tranquilos.

A la salida de la estación nos encontramos dos caminos. Para ir al centro del pueblo tuvimos que coger el de la derecha y de nuevo, atravesar un pequeño túnel. Ya en el pueblo bajamos hacia la zona del mar, donde hay un minipuerto y un sendero que lleva hacia una playa de piedra. 

Desde donde parte este camino se obtienen las mejores vistas del pueblo. Preciosas, como todas las de estos pueblecitos. 
Como teníamos ganas de darnos otro bañito fuimos hacia la playa. Estaba abarrotada de gente. De hecho tuvimos dificultades para encontrar un sitio donde dejar la toalla. Entrar en el agua tampoco fue tarea fácil, entre las olas  y los superbolos de piedra nos hacían perder la estabilidad y caer constantemente. Eso sí, era muy divertido ver cómo entraba y salía la gente. 

Una vez remojados emprendimos camino de vuelta a la Spezia, no sin antes hacer una parada de rigor en una tiendecita y comprar algún producto típico de la zona. Me llevé pasta, botes de pesto y jabón. 
De nuevo en la estación nos informamos sobre el estado de "La via dell'Amore", que es un precioso sendero que une Manarola y Riomaggiore, y nos dijeron que parte del sendero sigue cerrado por obras. Habrá que esperar a finales del 2018 o principios del 2019. Una pena. 

Una vez en la Spezia, y como teníamos tiempo de sobra hasta que zarpara el barco, nos fuimos paseando desde la estación hasta la terminal de cruceros. En total fueron unos 2km cuesta abajo. Si podéis merece la pena ir andando ya que casi todas las calles por las que se pasa son peatonales y también es una buena manera de ver el pueblo. Una vez en la terminal cogimos de nuevo la lanzadera hasta el barco. 

Para los que viajéis en crucero no os perdáis la salida del barco por el golfo de los Poetas. Es un espectáculo único. 


Para los que tengáis más días para recorrer Cinque Terre hay una alternativa muy bonita que es hacer el recorrido a pie. Hay una red de senderos que unen todos los pueblos. Os dejo este enlace por si os es de utilidad. 


http://www.cinqueterre.eu.com/es/caminos


Si quieres saber más sobre nuestro viaje pincha en los siguientes enlaces:


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1 comentario:

  1. Querer visitar Italia es desear un sueño hecho realidad. Acudir a especialistas en viajes es la mejor ruta para explorar este encanto cultural con planificación y comodidad.

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