DIA 1. ZURICH
Dedicado a mi amiga Katia, mi supercompañera de aventuras.
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Sobre las 17:00 llegamos a Hauptbahmf, la Estación Central de Zurich. Allí buscamos la oficina de turismo para que nos recomendaran qué podíamos ver en la ciudad. La empleada del lugar nos sugirió, en un correcto español, un pequeño paseo por el centro histórico y por la orilla del río Limmat hasta llegar al Zürisee o Lago de Zurich. Nos pareció una buena idea, ya que sólo íbamos a estar una tarde en la ciudad y la visita tenía que ser bastante breve. Por cierto, el trayecto de ida en tren desde el aeropuerto hasta la estación fueron 6,6 CHF.
A unos pocos metros de la estación, justo al cruzar el río, se encontraba nuestro hotel, el Limmathof . La habitación no estaba mal. Bastante amplia y luminosa y con unas camas confortables. Me llamó la atención la separación del cuarto de baño. Por una parte el lavabo y la ducha y por otra parte, el váter y un minilavabo. ¡Oye! tiene sus ventajas...




El trayecto duró aproximadamente una hora y media y precio fueron 8,6 CHF por cabeza. Yo lo recomiendo sólo si disponéis de bastante tiempo. Hay que pensar que en Suiza hay muchos lagos con barquitos, por lo que hay que seleccionar cuál nos va a interesar más. De todas formas, a nosotras nos gustó. Fue muy relajante.
De vuelta, y después de disfrutar de una preciosa puesta de sol, volvimos a subir por la ribera del río, pero esta vez por la otra orilla, la Limmatquai. Desde allí vimos la Grossmünster, la espectacular catedral creada por Carlomagno, con sus características torres gemelas, todo un símbolo de la ciudad. Fue una pena no poder entrar debido a que ya estaba cerrada. Para los que la visitéis, no os perdáis el claustro románico y la subida a la torre Kaelstrum con 187 escalones.

Antes de irnos al hotel nos pasamos por un barecillo, que estaba junto al río, donde nos tomamos algo antes de ir a dormir.
Suiza en coche. Preparativos e itinerario.Día 2: Berna y Lucerna
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Visitar Zúrich es una experiencia increíble, llena de cultura y paisajes. Nada como descansar en un hotel con sofás de calidad, que hacen la estancia aún más cómoda y placentera.
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